REPUBLICANOS
POR: Jorge I. Rodríguez Feliciano, M.B.A, Juris Doctor
PRESIDENTE DEL PARTIDO REPUBLICANO EN AGUADILLA
El debate de ideas en Puerto Rico ha tomado un tono cada vez más marcado entre lo conservador versus lo liberal. Tradicionalmente nuestro pueblo ha mirado las controversias desde la perspectiva partidista que por décadas ha estado segmentada por la lucha de control político entre populares, progresistas e independentistas. Nuestra sociedad poco a poco se va dando cuenta de las similitudes cada vez más sorprendentes entre los partidos territoriales de administración colonial como lo son el Partido Nuevo Progresista y el Partido Popular. Lo que antes casi pasaba desapercibido toma mayor notoriedad, el debate político puertorriqueño se ha convertido en uno donde es cada vez más claro el choque de posiciones entre las visiones de política pública Demócratas y Republicanas. Hace pocos meses un recién llegado a las estructuras del liderato estatal del Partido Nuevo Progresista me comunicó que por las expresiones que hago en mi programa Columna Radial al igual que en El Nuevo Dia yo no estoy en armonía con la política progresista y liberal del presidente del PNP y por lo tanto, me había quedado fuera del partido. De acuerdo con el leal fanático de Ricky, el PNP es una versión “progressive” que no es conservadora ni republicana por lo cual los conservadores que tenemos en alta estima las doctrinas de política pública del Partido Republicano Nacional no debemos molestar por estar “políticamente incorrectos.”
Sorprendido por la casi expulsión informal del Partido Nuevo Progresista que me anunció el amigo demócrata respaldado por Ricky Rosselló para dirigir el Instituto de Misión Estadista, pase a entender que el PNP de hoy es rehén de liberales que no les importa respetar el espacio y opinión de los estadistas que somos conservadores y republicanos. Escuchar comentaristas radiales que antes denunciaban la persecución contra los estadistas llamando peyorativamente a los conservadores que no comulgan con la agenda demócrata liberal que hoy tiene secuestrada la presidencia del Partido Nuevo Progresista me hace pensar que ya es tiempo de decidir si vale la pena seguir teniendo dos partidos liberales en Puerto Rico, uno con una pava y el otro con una palma como insignia. El Partido Nuevo Progresista debe consultar al electorado en cuanto a si debe presentarse a las elecciones del 2020 como el Partido Republicano o el Partido Demócrata. Una votación de esta naturaleza mediría cuales son los verdaderos principios del partido que fundo Don Luis A. Ferré cuando se separó del partido que presidía mi compueblano aguadillano Don Miguel Ángel García Méndez. Invito al PNP a que se atreva a dejar la doble cara y presentarse con honestidad a las elecciones del 2020 con su verdadero rostro, no con el rostro camaleónico de un candidato político aspirante a caudillo. A nadie le extrañe que si se hace esa consulta limpiamente y mediante voto secreto durante la primaria del PNP gane la opción de ir a las elecciones del 2020 como Partido Estadista Republicano con una plataforma política republicana y conservadora ya que la mayoría de los demócratas de Puerto Rico están el Partido Popular. En el Partido Popular deberían hacer algo similar para que su electorado decida con cual formula desean culminar el estatus territorial eligiendo entre la estadidad o la independencia como formas para reclamar dignidad política y salir de la farsa del E.L.A.
No cabe duda de que en ánimo de invocar la unidad del Partido Nuevo Progresista algunos líderes están dispuestos a renunciar a sus principios de política pública y seguir posponiendo lograr la estadidad para Puerto Rico si esto les permite lograr un triunfo electoral y el disfrute de los beneficios económicos del mismo hoy desprestigiados por la corrupción mediante contratos politiqueros que tanto estiman los mercaderes populares y progresistas. A diferencia de los políticos que posponen lo importante, en nuestra sociedad todavía hay gente con principios y valores que no se posponen ni se renuncian. Entre estos principios y valores se encuentran los de una política pública que permita un gobierno que funcione con los recaudos que produce y no agigantando la deuda con préstamos que esclavizan y empobrecen económicamente al pueblo. Debemos tener un gobierno que pueda generar empleos y no depender del mantengo para mantener una parte de la población a la cual se le premia por ser practicantes del clandestinaje económico que no aporta a la patria; me refiero a tener un gobierno que fomente los valores familiares honrando los roles del hombre y la mujer en el fortalecimiento de la familia puertorriqueña, un gobierno que procure reducir la carga contributiva al trabajador y que inserte al sector empresarial de Puerto Rico a producir y aportar al enriquecimiento de la nación americana en igualdad de condiciones con las empresas e industrias de los restantes estados de nuestro país, los Estados Unidos de América. Se trata de un gobierno que apoye el derecho a la vida y proteja al ser humano cuyo corazón late dentro del vientre de su madre para que no sea lastimado mortalmente por el negocio del aborto. Hablo de un gobierno que respete y proteja el disfrute de las libertades y derechos consagrados para los ciudadanos americanos en la constitución federal incluyendo el derecho a poseer y portar armas que se consagra en la segunda enmienda de la constitución para la protección de la vida y propiedad privada del ciudadano americano. Un gobierno que honre y respalde a los hombres y mujeres que visten el uniforme del ejercito que preserva la seguridad nacional sin importar si han nacido en Puerto Rico, Florida o California. Estos valores conservadores son parte de la filosofía política del Partido Republicano Nacional. Posiblemente la mayoría de los militantes del PNP cree y respalda estos principios y, al igual que yo, no están dispuesto a renunciar ni posponer lo que creemos por conveniencias politiqueras.
Lamentablemente el ala liberal que hoy imita a los populares desde el PNP promueve la perspectiva de género y la propaganda de degradación moral de nuestra sociedad que impulsan los grupos que miran la iglesia y la palabra santa como si fueran sus enemigos. Son los mismos liberales que se oponen a una ley que proteja la libertad religiosa. Son los mismos liberales que apoyan que el gobierno mienta cambiando el hecho histórico del nacimiento de un ser humano permitiendo que se ponga falsamente en el certificado de nacimiento que un ciudadano nació mujer cuando en realidad no nació mujer. Son los mismos liberales que apoyan el fraude de llamar matrimonio a la unión de homosexuales. Son los mismos liberales que ocupan puestos en el gobierno para los cuales juraron defender y hacer valer la constitución federal, pero obstruyen la aplicación de los derechos de la 2da enmienda de la constitución federal que respalda a cada ciudadano en su derecho a tener y portar un arma para defender su familia, vida y propiedad privada. Son los mismos liberales que predican una falsa tolerancia e inclusión de la cual se olvidan atacando viciosamente a las mujeres y hombres que hacen valer los valores, la moral y la tradición cristiana de nuestro pueblo. Son los mismos liberales que tratan de envenenar las conciencias de nuestras niñas en las escuelas y universidades con el odio de un feminismo extremista que desfigura la belleza de una verdadera mujer.
Nuestro pueblo debe decidir en qué lado está, invito al Partido Nuevo Progresista a que consulte sus afiliados a cambiar el nombre del partido para ir a la elección del 2020 con el nombre de Partido Republicano. Con ese nombre nadie en el Congreso Federal tendrá duda ni caerá en el error de creer que la Palma es un partido de tendencias liberales y socialistas por tener la palabra progresista en el nombre lo cual se asocia con dichos conceptos de izquierda. ¿Habrá valor en el liderato del Partido Nuevo Progresista para permitir que sus afiliados decidan? El tiempo dirá si el Partido Nuevo Progresista permite que sus afiliados mediante voto secreto puedan decidir acudir a las elecciones del año 2020 como Demócratas o Republicanos. No se puede servir a los dos visiones opuestas a la vez. Hay que tener dignidad e integridad.
Totalmente de acuerdo.
ReplyDelete